LLUVIA DORADA, BADALONA EN BARCELONA

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La promesa del Cerdito Orinador 1. SIEMPRE ME ARRODILLARÉ ante un hombre que tenga que orinar. Arrodillarme es una señal de respeto por el regalo que me van a dar y siempre debo mostrar respeto. 2. SIEMPRE ABRIRÉ LA BOCA cuando reciba la orina de un hombre. Todos los inodoros tienen un agujero y yo no soy la excepción. Cerrar la boca es profundamente ofensivo. 3. ACEPTARÉ Y ABRAZARÉ MI PAPEL DE INODORO
entendiendo y reconociendo que no soy mejor ni diferente a mis hermanos de porcelana. Soy un receptáculo igual que ellos. 4. NO CHUPARÉ la polla de un hombre cuando esté orinando aunque tenga una erección.Intentar chupársela lo distraerá y le dificultará orinar y los inodoros deberían facilitar la micción en lugar de interferir con ella. Además
intentar chupársela es extremadamente egoísta ya que sugiere que prefiero nutrirme de su semen que de su meada
5. SIEMPRE BEBERÉ la orina que me dé un hombre. Es un gran honor que me la sirvan directamente del grifo .No importa si es orina de agua clara y fresca; orina de cerveza con sabor amargo;u orina matutina fuerte y acre. La beberé con gratitud, alegría y entusiasmo
sabiendo que me nutrirá y me refrescará. 6.NO DERRAMARÉ ni una sola gota de la orina que me dé un hombre. Derramar es un desperdicio y una falta de respeto. Si por casualidad la derramo
entiendo que seré castigada por ello.
7. NO ME TOCARÉ mientras bebo la orina de un hombre. En su lugar
mantendré las manos entrelazadas a la espalda. Aunque la orina de un hombre es un regalo, beberla no es un acto diseñado para mi placer; es un acto de utilidad y respeto destinado a beneficiar al hombre que me orina. 8. ME REVOLCARÉ en la orina como un cerdo en su lodo siempre que un hombre me dé la oportunidad; por ejemplo, meando sobre mí, en lugar de dentro de mí. Sé que tiene derecho a orinar en mi garganta así que es un regalo cuando en cambio, elige orinar en mi cara mi pelo o mi cuerpo. En tales casos
es mi deber no solo aceptar su orina en mi piel, sino bañarme en ella y macerarme en ella. Y como la orina de un hombre nunca debe desperdiciarse, beberla después de haber terminado de jugar con ella. 9. NO LAVARÉ la orina de un hombre. Si un hombre se digna a orinar en mi ropa o piel la dejaré secar ahí para que pueda llevar el aroma de su orina como perfume. 10. OFRECERÉ TODOS LOS ORIFICIOS como receptáculos para la orina de los hombres. Un hombre tiene derecho a elegir dónde quiere orinar: en mi boca o en mi trasero. 11. SIEMPRE LE DARÉ LAS GRACIAS a un hombre después de que me dé de comer su orina. La orina de un hombre es nutritiva e hidratante y al dármela me ha regado como un jardinero riega una planta. Por eso
siempre debo estarle agradecido.
entendiendo y reconociendo que no soy mejor ni diferente a mis hermanos de porcelana. Soy un receptáculo igual que ellos. 4. NO CHUPARÉ la polla de un hombre cuando esté orinando aunque tenga una erección.Intentar chupársela lo distraerá y le dificultará orinar y los inodoros deberían facilitar la micción en lugar de interferir con ella. Además
intentar chupársela es extremadamente egoísta ya que sugiere que prefiero nutrirme de su semen que de su meada
5. SIEMPRE BEBERÉ la orina que me dé un hombre. Es un gran honor que me la sirvan directamente del grifo .No importa si es orina de agua clara y fresca; orina de cerveza con sabor amargo;u orina matutina fuerte y acre. La beberé con gratitud, alegría y entusiasmo
sabiendo que me nutrirá y me refrescará. 6.NO DERRAMARÉ ni una sola gota de la orina que me dé un hombre. Derramar es un desperdicio y una falta de respeto. Si por casualidad la derramo
entiendo que seré castigada por ello.
7. NO ME TOCARÉ mientras bebo la orina de un hombre. En su lugar
mantendré las manos entrelazadas a la espalda. Aunque la orina de un hombre es un regalo, beberla no es un acto diseñado para mi placer; es un acto de utilidad y respeto destinado a beneficiar al hombre que me orina. 8. ME REVOLCARÉ en la orina como un cerdo en su lodo siempre que un hombre me dé la oportunidad; por ejemplo, meando sobre mí, en lugar de dentro de mí. Sé que tiene derecho a orinar en mi garganta así que es un regalo cuando en cambio, elige orinar en mi cara mi pelo o mi cuerpo. En tales casos
es mi deber no solo aceptar su orina en mi piel, sino bañarme en ella y macerarme en ella. Y como la orina de un hombre nunca debe desperdiciarse, beberla después de haber terminado de jugar con ella. 9. NO LAVARÉ la orina de un hombre. Si un hombre se digna a orinar en mi ropa o piel la dejaré secar ahí para que pueda llevar el aroma de su orina como perfume. 10. OFRECERÉ TODOS LOS ORIFICIOS como receptáculos para la orina de los hombres. Un hombre tiene derecho a elegir dónde quiere orinar: en mi boca o en mi trasero. 11. SIEMPRE LE DARÉ LAS GRACIAS a un hombre después de que me dé de comer su orina. La orina de un hombre es nutritiva e hidratante y al dármela me ha regado como un jardinero riega una planta. Por eso
siempre debo estarle agradecido.
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